IRSE DE CASA
Cuando me fui de casa lo hice con lo puesto y 5 pesos en el bolsillo. La primera noche me dejaron dormir en la guardia de un hospital; a la mañana siguiente me crucé al bar de enfrente y desayuné un pebete con café con leche, que me cobraron 3 pesos. Me quedaban 2, dejé 1 de propina y el otro se lo di a un ciego; me quedé sin nada, pero ya todo era mío...